viernes, 24 de febrero de 2012

Funciones del Abogado


El abogado de empresa como asesor corporativo estratégico

p20Las competencias de los directores de asesoría jurídica están creciendo para abarcar más que el simple asesoramiento legal, adquiriendo un papel estratégico en el seno de la empresa, afirma Milton C. Regan de Georgetown Law School
A medida que las empresas se enfrentan a nuevos retos financieros y regulatorios a nivel internacional, los directores de asesoría jurídica deben asumir un abanico de nuevas responsabilidades que van más allá del asesoramiento jurídico-técnico. La tendencia es más marcada en Estados Unidos y el Reino Unido, y en las empresas con presencia global, pero cada vez más empresas de otros países acabarán recurriendo a sus abogados internos para responder a sus nuevos retos.
Se pueden identificar cuatro funciones que están surgiendo como parte de las responsabilidades del director de asesoría jurídica. Las dos primeras son más tradicionales, pero las habilidades necesarias para desempeñarlas se están volviendo más complejas. Las otras dos reflejan su implicación en las operaciones y estrategia de la empresa y exigen unas capacidades que rara vez los abogados aprenden en las facultades de Derecho.
En primer lugar, los abogados son los responsables del cumplimiento normativo. Este es un rol habitual basado en habilidades jurídicas tradicionales. Sin embargo, un creciente número de informes muestran que un programa eficaz de cumplimiento normativo tiene que estar adaptado a las particularidades de una organización. Los programas más exitosos son aquellos que logran un equilibrio entre controlar el comportamiento de los trabajadores y garantizar su intimidad. Los abogados responsables del cumplimiento normativo cada vez tienen que estar más familiarizados con esta dinámica. Además, deben saber qué tipos de estructuras de gobierno corporativo les aseguran que las personas correctas reciban la información correcta para prevenir, detectar y penalizar las infracciones legales.
En segundo lugar, los asesores deben colaborar con los abogados externos en la prestación de servicios legales a la empresa. Esta también es una función tradicional, pero sus límites han cambiado en los últimos años. Los abogados internos necesitan ser conscientes de cómo el trabajo puede ser dividido en actividades concretas y diferenciadas, algunas de las cuales pueden ser realizadas por proveedores de bajo coste, y saber coordinarlas entre ellas. Ello implica construir una cadena de suministro que pueda incluir proveedores distintos, lo cual requiere una gran capacidad de gestionar proyectos. También implica trabajar con los proveedores externos en la creación de un sistema compartido de gestión del conocimiento que permita a los abogados trabajar de manera más eficiente.
En tercer lugar, muchos asesores están dejando de centrarse en el cumplimiento normativo para asumir la responsabilidad del “risk management” de la empresa. Para ello tienen que demostrar un profundo conocimiento de las operaciones de la empresa, que pueden abarcar varias líneas de negocio. Tienen que ser sensibles a cómo una determinada actuación puede afectar a la reputación de la empresa, y a cómo reaccionarán los inversores y la competencia. Una vez más, el abogado tiene que ser capaz de adjudicar responsabilidades en el seno de la empresa para que la información delicada esté en manos de las personas más adecuadas.
Finalmente, muchos están empezando a tener un lugar en las reuniones sobre estrategia corporativa. En el Global Corporate Counsel Report 2011 de Deloitte, dos tercios de los abogados encuestados forman parte de la cúpula de sus compañías, mientras que la cifra de 2006 era de 47%. Uno de los principales motivos es que en dichas reuniones cada vez se habla más sobre cumplimiento normativo. Pero además, un abogado familiarizado con las operaciones y riesgos de la empresa está en una posición privilegiada para asesorar sobre la dirección a tomar a largo plazo, y sobre cómo alinear las distintas funciones y actividades con la estrategia de la compañía.
El informe de Deloitte concluye que “los abogados internos tienen una lista de responsabilidades mayor que hace cinco años, especialmente en cumplimiento normativo, gestión de riesgos y ética.”
En Europa continental, el papel del director de asesoría jurídica históricamente ha sido más limitado que el que acabo de describir. Sin embargo, a medida que las empresas se enfrentan a un entorno más cambiante e incierto en una economía global, lo más seguro es que este papel siga ganando protagonismo.


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